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viernes, 20 de septiembre de 2013

CAPÍTULO 22


Terminamos de desayunar y Carlos estaba fregando la losa. Las chicas habían ido a la sala y estaban viendo la tele. Yo estaba sentada en una silla. Carlos no había hablado conmigo desde que empezamos a comer. Solo me había hecho gracias. Quería besarle. Me moría por volver a probarlo. Pero habría que esperar. A Carlos ya le habían fallado una vez y no quería sufrir. Lo entendía perfectamente. Duele cuando te engañan. De repente me tocaron el hombro. Cuando me giré era Samanta.

-¿Te importa que hablemos un momento?- Sabía lo que me iba a decir pero iba a escucharla de todas formas. Era mi amiga y no entendía por qué me había mentido.

-Sí, claro.- Carlos me miró justo en ese momento. Había terminado de fregar así que se secó las manos en un paño y salió de la cocina para dejarnos solas. Miré a Samanta y la noté nerviosa. Ella se había sentado en una silla al lado mía. Ahora estábamos cara a cara e iba a salir toda la verdad a la luz.

-No sé por dónde empezar.- Samanta al hablar ni si quiera me miraba a los ojos. Sabía que me había fallado.

-¿Qué tal por el principio?- Ella ahora sí que me miró. Si no me equivocaba lo que veía reflejado en ellos era respeto hacia mí. Me conmoví por ella. Ante todo era mi amiga y aunque me hubiera fallado la seguía queriendo y la iba a perdonar. Aún así iba a hacerla sufrir un poco más.

-A mí me gustaba Sergio antes de que tú lo conocieras y te empezaras a sentar con él en clase. Nunca te lo dije porque soy una estúpida pero en fin. Él y yo habíamos estado tonteando y entonces me dijiste que estabas saliendo con él. No lo entendí y me puse súper celosa. Le fui a pedir explicaciones a Sergio pero él no me las dio. Me dijo que no era asunto mío.- La miré horrorizada. ¿Sergio había hecho eso? ¿Y yo como no me había dado cuenta de que él y Samanta habían estado tonteando? Samanta me miraba triste. Aun así yo no dije nada y deje que ella continuase.

-Estuvimos un tiempo sin hablarnos. Yo estaba enfadada con Sergio por cómo me había tratado pero entonces él un día me volvió a llamar y me dijo que me echaba de menos. Entiéndeme, yo a esas alturas le quería aunque supiera que estaba contigo. Es por eso que volví a verle y él me volvió a engatusar. Estuvimos engañándote más o menos cuatro meses pero yo me sentía fatal y quería contártelo. Sergio no me lo permitió me dijo que él te lo iba a decir y me dijo que te iba a dejar para estar conmigo. Eso nunca pasó y un día tú nos encontraste juntos. No sé si te acordarás de todo pero nos quitaste  la palabra a ambos. A Sergio no se la volviste a dirigir hasta, por lo que dice él y no te lo creas mucho, después de que se fuera de viaje y por llamadas telefónicas. A mí me cogiste un poquito de manía pero me perdonaste y de verdad que lo siento muchísimo. Ahora sabes que yo no te he vuelto a engañar solo quería que lo recordaras por ti misma.

-¿Y desde que llegó Sergio de viaje no habéis vuelto a estar juntos?- Samanta me miró sorprendida. No se esperaba esa pregunta. ¿Contestaría la verdad o mentiría? Esperaba que fuera lo primero.

-Yo fui la que llamé a Sergio para que se enterara de tu accidente. Él vino lo antes que pudo es verdad pero no pasó nada lo prometo.- Me miró con los ojos rallados. Estaba a punto de llorar y a mí me estaba partiendo el corazón.- Yo le sigo queriendo Isa. Lo llamé el día de las compras para hablar con él no para que se apuntara. Él como se enteró de que iba Carlos quiso ir. Cuando los vi en el probador juntos me dieron unos celos horrorosos. Quería darle de bofetadas. Sabía que tú no tenías la culpa pero la cogí contigo. Entonces quise volver a contarte lo que había pasado entre nosotros. Yo no me creo lo que contó Sergio de que se hubieran vuelto a llamar y se hayan perdonado. Tú no perdonas cosas así.

-Ya, a mí también me parece raro. Tampoco me lo creo.- Cuanto más miraba a Samanta más me hacía daño yo misma. Ella ya no tenía los ojos rallados ahora le salían pequeñas lágrimas que intentaba disimular. Era muy triste verla pero no dije nada más y ella siguió sincerándose conmigo.

-Lo peor de todo no es eso. Ayer me volvió a llamar para decirme que te había dejado porque quería estar conmigo. Me dijo que yo era muy importante para él y que… y que… - Samanta ahora lloraba desconsoladamente. Se notaba que lo que contaba le estaba doliendo demasiado. Querer a una persona tan rastrera como Sergio debía de ser horrible. ¿Cómo podía el capullo haberle dicho que me había dejado él y encima por ella? Le había estampado la puerta en las narices al muy cretino y todavía tenía el descaro de llamar a Samanta para engañarla. Tenía ganas de pegarle. Cortarlo en tiritas. Isi me decía que lo mejor para la humanidad sería cargárselo y enterrarlo por ahí. Sí Isi es así de sádica.

-Yo… Lo siento de verdad Isabela… No le hice caso te lo prometo… Le colgué porque sabía que era mentira… De alguna forma lo sabía y mira por dónde tenía razón… ya ha jugado bastante con las dos… -No sabía qué hacer para que Samanta dejara de llorar así que opte por levantarme de la silla e ir hacia ella. La levanté a ella también y nos fundimos en un abrazo. Sin darme cuenta a mí también me caían lágrimas por los ojos. Las dos llorábamos por un imbécil que nos había fastidiado muchísimo y eso no iba a quedar así. No, no. Nos vengaríamos de Sergio. No sabía cómo pero lo haríamos.

Nos separamos y le limpié las lágrimas. Sonreí y ella hizo lo mismo. Ahora no había rencor ni tristeza solo alivio en sus ojos.

-Gracias Isabela, por perdonarme otra vez.- Me limpié mis lágrimas y asentí. Caminamos hacia la sala y todos estaban en los sillones viendo la tele. Carlos me miró y no apartó la vista de mí hasta que no me senté a su lado.

-¿Todo ha ido bien?- Lo miré y asentí, entonces, él hizo algo que no me podía creer. Se acercó a mí y me planto un beso en los labios que me supo a gloria delante de mis amigas.

Samanta era la primera que lo había visto y no parecía muy sorprendida, es más, sonreía aprobando nuestra… lo que sea que tengamos Carlos y yo. Tamara al contrario que Samanta sí que estaba alucinando. Y Nayara que no se había enterado había recibido varios codazos que, por la fuerza que puso Tamara para dárselos y por su cara, se notaba que le habían dolido. Aún así ella lo que estaba era contenta.

Carlos se separó para mirarme. Yo estaba completamente alucinada. Ni reaccionaba en ese momento.

-¿Prefieres que no lo haga delante de tus amigas?- Tenía cara preocupada. Sinceramente pienso que lo hizo por impulso. Lo de darme el beso digo. Lo cierto es que me encantó.

-No, no pasa nada.- Las chicas no se perdían detalle y como no era de extrañar Tamara había tardado mucho en hablar.

- ¡Pero vamos! No se corten. Aquí una echando de menos al novio y ustedes… -Se quedó callada y dijo para terminar.-En fin. Suerte.- Todos nos giramos para mirarla a la vez. ¡¿Tamara con novio?!

-¿QUÉ?- Gritamos todas a la vez. Ella, Tamara, nos miró como si no hubiera dicho un bombazo y después se dio cuenta de lo que acababa de soltar.

-Ups… No os lo había contado.

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