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miércoles, 25 de septiembre de 2013

CAPÍTULO 25


-¿Me das un beso?- Lo miré y me reí.

-¿Me has traído hasta la habitación para pedirme un beso?

-Sí.- Lo dijo tan serio que no supe que decir. Me acerqué a él.

-¿Y por qué no me lo robas?- Carlos sonrío y antes de que me diera cuenta ya nos estábamos besando. Me tenía agarrada por la cintura y yo le estaba acariciando su maravilloso pelo. Si no estuvieran las chicas en la sala… Perdí el hilo de mis pensamientos porque Carlos me rozó con su lengua y después se separó de mí.

-Lo cierto es que no te traje para robarte solo un beso. Tengo que enseñarte una cosa que encontré.- Lo miré confundida. ¿Qué habría encontrado para tanto misterio?

-Toma. – Me tendió una carta.- Estaba debajo de la puerta esta mañana. Como Tamara empezó a contar su historia con Cristian pensé que era un mal momento para dártelo.

-Sí, claro, no te preocupes. Qué raro. No pone ni de quién es.

-Ya. Es muy extraño.

Abrí la carta y no me podía creer de quién era la carta. ¡Era de mi abuela! La volví a leer para ver si me había equivocado pero no. Era ella con total seguridad. En la carta ponía:

Para mi queridísima Isabela:

   Sé que ya hace dos años de lo sucedido, pero, aunque no te hables con tu madre ni tu padre yo sí te extraño. Te entiendo a la perfección mi niña. Tus padres actuaron mal. En especial mi hija Elena. Tu madre. Una madre siempre debería de estar con su hija pero el dolor de aquel momento la nubló. Te pido perdón en su nombre. Ella no sabe que te he escrito esta carta. Es mejor así. No te he puesto por fuera quién la enviaba para que así la leyeras.

   Quería decirte que tú hija mía no tienes la culpa de nada. Tu padre no pensaba cuando te lo dijo. Has sido muy fuerte al lograr irte y vivir tan lejos de nosotros. Espero de todo corazón niña que te vaya de maravilla porque antes que nada soy tu abuela. Nunca me olvides porque yo te prometo que no lo he hecho en todo este tiempo y no lo haré.

   A lo mejor no te interesa el final de esta carta pero te voy a hablar de tus padres. Creo que es lo correcto. Tu madre está acudiendo al psicólogo regularmente y ya está mucho mejor. Ha superado casi del todo lo sucedido. Pero todavía está mal. Tu padre, ai tu padre. Rodolfo sigue ayudando a tu madre en todo lo que puede, pero el también está mal. A mí que soy un vejestorio nadie me hace caso. Mis salidas son para ir al médico y al bingo. La vida de toda anciana. ¿Quieres saber lo bueno? He conocido a un hombre. Sé que estoy vieja para estas cosas pero se está ganando mi corazón a pulso. Cada día me lleva al bingo y después me recoge para llevarme a cenar o a dar un paseo. Es un encanto. Me gustaría que lo conocieras.

   PD: No guardes rencor hacia nadie niña. Perdona con tiempo antes de que el tiempo ya no te deje perdonar. Te quiere.

                                                                                                                     Tu abuela María.

Después de leer aquello no paraba de llorar. Carlos me había abrazado cuando veía que se me habían escapado las primeras lágrimas. ¿Qué era lo que había pasado hace dos años para que mis padres estuvieran yendo a un psicólogo? ¿Porqué mi abuela dice que no le haga caso a lo que me dijo mi padre? ¿Cuál era aquella gran desgracia de la que hablaban y que todavía les dolía? ¿Por qué no podía recordar ya de una vez?

Me quedé paralizada. Tenía diez años y estaba en una plaza. No había nadie. Todos los niños habían salido de clase y sus padres estaban por fuera esperándolos y yo estaba sola. A mí nadie me había venido a recoger. De pronto lo vi. Era Ángel que sí se había acordado de mí. Era mi ángel. Corrí hacia él como una loca. Le di un abrazo y él me abrazó aun más fuerte.

-Perdona a papá y a mamá. No han podido venir.- Lo miré con lágrimas en los ojos. Ellos nunca podían venir a recogerme. Salvo mi madre de vez en cuando. Ángel era el que nunca me fallaba.

-No pasa nada.- Fue lo único que dije. Pero sí que pasaba.

Volví al presente y Carlos me sostenía en brazos. Conseguí sentarme antes de que volviera a recordar.

Ahora tenía doce años. Estaba en mi cuarto cuando escuché como gritaban. Bajé a la sala. Era de noche y yo no debería estar despierta a esas horas. Era navidad y papá Noel se enfadaría si me viera ahí. Mis padres gritaban mucho y entonces logré captar lo que decían.

-¿Qué no le habéis comprado la muñeca que quería? ¿Pero qué clase de padres sois? ¡No conocéis a vuestra propia hija!

-Pensamos que sería mejor comprarle un libro. No te enfades Ángel. Ya verás como le gusta.

-¡No se trata de que le guste o no le guste! Se trata de que ella le pidió eso a papá Noel y ustedes le vais a regalar un libro. Siempre hacéis lo mismo. No la vais a buscar a clase. Pasáis de ella. Es una niña todavía sabéis. No podéis tratarla así. Parece que no os importa lo más mínimo.

-Perdónanos Ángel.

-No pedidle perdón a ella. Que siempre le digo que ustedes estáis muy ocupados y le pido disculpas en vuestro nombre. Estoy arto.

Subí las escaleras corriendo. No quería saber más de aquella conversación. Solo quería llegar a mi cuarto y volver a dormirme. Hacer como que no había escuchado nada. Era todo una pesadilla.

Al día siguiente papá Noel sí que me trajo la muñeca además del libro que mis padres me habían dejado. Jugué con Ángel hasta que no pudimos más y él se acurrucó conmigo y nos dormimos. Era el mejor hermano del mundo.
Carlos me sujetaba la mano con fuerza. Intentando darme estabilidad. Yo no paraba de llorar. Las chicas ahora también estaban conmigo. Nayara me tenía agarrada de un pie. No me quería soltar. ¿Dónde estaba Ángel? Lo quería conmigo ya. Él era mi única familia. El único que me había querido desde el principio sin pedirme nada a cambio. Con toda la retahíla de pensamientos sin darme cuenta me dejé dormir. Ni en sueños podía estar tranquila, pues, volví a soñar con mi pasado.

1 comentario:

  1. HOla a todos y a todas, quería informarles que en la parte de abajo de mi página he creado un nuevo espacio llamado: "Detalles a saber de la autora". Ahí les explico como serán los capítulos, cada cuanto tiempo y les doy las gracias por leer este blo y la maravillosa historia de Isabela. Isa también les está agradecida que conste :P . No todos los móviles lo pueden ver. Si no lo ves tienes que bajar hasta abajo y poner: "Ver como página web o sitio web" y entonces sí lo verás.Con esto y un bizcocho hasta mañana a las ocho. :D

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