-Quería crear distancia entre nosotros porque tienes novio y
yo técnicamente soy solo tu enfermero. ¿Qué crees que pasará cuando recuerdes?
Estarás otra vez con Sergio. Saldrás con tus amigas. A mí me olvidarás. Soy un
apoyo para ti ahora pero con el tiempo no me necesitarás.
-¿Cómo estás tan seguro? A lo mejor no pasa eso. A lo mejor
no me gustaba mi vida antes. No sabes lo que puede pasar Carlos.
-Sí, sí que sé. Te voy a responder otra pregunta de las que
me hiciste. No salgo con nadie desde hace dos años me enamoré de una paciente.-
No sabía qué decir. Me había quedado muda y él no me miraba ya. Solo miraba el
suelo. Necesitaba saber más.
-No lo sabía ¿Y qué sucedió?
-Lo mismo que te acabo de decir. Cuando salió del hospital
me olvidó.- Carlos se levantó y se dirigió hacia la puerta. Yo fui detrás de él
sin saber qué decir.
-¿No nos íbamos de compras? Necesito camisas de verano. Mi
armario solo tiene ropa de invierno.- Ya había vuelto su buen rollo. Me dio una
punzada de culpa. Si yo hubiera sido esa mujer no lo hubiera olvidado. Estaba
segura. Ya no lo podría olvidar. Con o sin novio.
-Claro que sí. Las chicas tienen que estar esperándonos en
el centro comercial.- Me agarré a su brazo y salimos por la puerta. Ojalá las
cosas fueran más fáciles.
Cuando conocí a Carlos que abrí los ojos en el hospital lo
primero que pensé fue que era un Ángel. Y ahora que lo miraba escogiendo
camisas en una tienda seguía pareciéndomelo. Me preguntaba dónde escondería las
alas. Tal vez en su casa.
-¿A dónde vas? Quieres entrar conmigo al probador Isabela.-
Tentada estuve de decirle que sí y lo hubiera hecho de no ser que me acorde de
Sergio y me sentí mal.
- No. Me voy a quedar por fuera. Quiero que cada vez que te
pruebes una salgas para verte como te queda.- Él no dijo nada y entró en el
probador. Cuando salió se encontró con cuatro chicas preciosas que lo miraban.
Se sonrojó levemente y esperó que ellas no lo notaran. Especialmente Isabela.
Isabela, Isabela… Tenía que alejarse de ella. Le estaba pasando lo mismo que
con Lucía.
- Vaya, vaya con el enfermero.-Dijo Samanta que lo miraba y
lo desnudaba con la mirada. Rápidamente sentí una punzada de celos. ¿Qué me
estaba pasando? ¿Acaso me estaba gustando Carlos más que como un amor
imposible? ¿Qué como un enfermero increíble? ¿Qué como un amigo? Esto no
traería nada bueno.
-Pues a mí me gusta cómo te queda Carlos.- Dijo Tamara.
-Sí, te queda muy bien Carlos.- Comentó Nayara.
Carlos me miró esperando una respuesta y cuando le devolví
la mirada me estaba derritiendo. Estaba increíble con cualquier camisa que se pusiera. ¿Y sin
camisa? ¿Qué tal estaría? Hice callar a Isa y le dije a Carlos:
-Te queda bien.- Las demás chicas se me quedaron mirando con
cara de extrañadas y desde que Carlos volvió a entrar en el vestidor me
avasallaron a preguntas.
-¿Te gusta Carlos verdad?-Decía Nayara.
-Qué suerte que tengas ese pedazo de enfermero. ¿Sabes que
te mira como si fueras súper importante para él?- Comentó Tamara.
-¿Y qué pasa con Sergio?- Terminó Samanta.
En eso tenía razón. ¿Qué pasaba con Sergio? ¿Podía confiar
en ellas y contárselo todo? Necesitaba amigas. Y ellas querían serlo. Tenía un
lío de mucho cuidado. Debería confiar así que dije.
-Necesito vuestra ayuda. Resulta que me gusta un poquito
Carlos (Largo suspiro), pero, por otro lado está Sergio. Qué dice que es mi
novio. ¿Desde cuándo? ¿Cómo nos conocimos? ¿Nos queríamos antes de que tuviera
el accidente?
-Os conocisteis en el instituto.-Dijo Nayara-. Siempre os
sentabais juntos hasta que un día nos contaste que él te había pedido salir y
tú habías aceptado. De eso hace dos años. Antes de que tuvieras el accidente me
contaste que habíais discutido y que ya no estabais juntos. Se fue de viaje
para olvidarte pero al parecer Sergio nos contó que habíais seguido llamándoos.
Entonces paso todo y Samanta lo llamó. Apareció en el hospital diciendo que era
tu novio y como nosotras no sabíamos nada preferimos no contártelo hasta ahora
que lo preguntaste. Lo siento.
¿Ósea que no estaba bien con Sergio antes del accidente? Tal
vez por eso no quería que recordara. No me encajaban las cosas. Parecía como si
faltara información y tenía que completarla.
En ese mismo momento salió Carlos del probador con otra
camisa. Esta vez era azul cielo y le resaltaba su pelo moreno y esos ojazos.
Definitivamente cada vez que lo miraba me cautivaba más. E Isa no paraba de
lanzar piropos que clarísimamente yo no diría en alto.
Oye, oye, oye, que en mi sí puedes confiar. Y no me dejes así, porque luego me entran muchos feels.
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