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jueves, 29 de agosto de 2013

CAPÍTULO 2



Me desperté desorientada. Había soñado algo. Pero ya no lo recordaba. Era frustrante. Miré el reloj que había colgado en la pared. Una pared muy blanca que me molestó. Eran las 5 de la tarde. Perfecto. Había  sobrevivido a 10 horas y todavía no había recuperado mis recuerdos. ¿Dónde estaban? Quería recordar YA. Dentro de aproximadamente 1 hora vendrían a buscarme y me llevarían a mi casa. Estaría con el novio. Mi novio. ¿Pero porque no recordaba ya? Dios, que agobio.

La puerta se abrió y apareció una persona perfecta. Maravillosa. Encantadora. Increíble. Un ángel. Él. ¿Hace falta decir quién? Cuanto más lo miro más me enamoro. Olviden lo de me enamoro solo es que es tan guapo. Bueno fin. Tengo que dejar de pensar así.

-Buenas tardes dormilona. ¿Cómo te encuentras?- Si me besas recuperaré la memoria como las princesas que se despiertan con un simple beso. Es eso. Yo necesito un beso de él. Tal vez no me despierte pero lo quiero igualmente.

Un gran paréntesis. A esta parte de mi cabeza. La que piensa compulsivamente sobre Carlos, el enfermero. Le voy a poner nombre. De ahora en adelante la llamaré Isa, yo soy Isi ella es Isa. Perfecto. Pues Isa cállate. No me puedo concentrar.

-Isabela ¿Te encuentras bien?- Lo miré,  llevaba un rato esperando una respuesta pero es que Isa no me dejaba pensar así que solté lo primero que me vino a la mente. Y mi mente no es que este muy bien últimamente.

-Me gusta tu sonrisa.- Bueno, podría haber sido peor. Como mi “novio” se entere de que estoy ligando con mi enfermero me mata. ¿Cómo será Sergio? La verdad es que no he pensado en él ni un momento en las 10 horas que llevo despierta-durmiendo.

-Y a mí la tuya preciosa.- ¿Eso había sido a mí? Paro cardiaco. Ayuda.- Acaba de llegar Sergio, tus amigas están con él. De un momento a otro vendrán a buscarte. Sería bueno que te vistieras. He venido a ayudarte.

-¿A ayudarme? ¿A qué? ¿A vestirme? – Carlos se sonrojó. ¡Se sonrojó! Hay que me lo como. Otra vez Isa. Discúlpenla.

-Sí, es que soy tu enfermero. Bueno, el que te han asignado así que mi trabajo consiste en ayudarte. No te has levantado desde que despertaste del coma y tengo que ver si te mareas que es lo normal, además, con la pierna así sin mi ayuda te va a ser muy difícil. Pero si te sientes incomoda puedo llamar a una enfermera.- Su cara me dijo que no quería llamar a ninguna enfermera quería ayudarme él. Y yo quería que me ayudara.

-Sí, no te preocupes es sólo que te acabo de confesar que me gusta tu sonrisa y ya me vas a ayudar a desnudarme. Esto va un poquito rápido.- Carlos se relajo y sonrío. Bendita sonrisa. Pensaría que lo estaba diciendo en broma pero iba muy enserio. De todas formas él no tenía porqué saberlo. Encima yo tenía novio y él lo sabía. ¿Cómo podría estar pensando siquiera en ligar con él? Seguramente el  sólo estaba haciendo su trabajo.

Me cogió una mano. Con demasiada delicadeza. Como si me fuera a romper. Me encantó y sentí una electricidad por todo el cuerpo enseguida.

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