Me siento agobiada y me duele mucho la cabeza y la pierna.
En ese momento abro un ojo. Después el otro. En frente de mi tengo a un moreno
increíble, con una barbita de dos días como me gustan y una enorme sonrisa en
esos labios tan (repito) tan bonitos. Es mi enfermero Carlos. Bendito
enfermero. Lleva con esa preciosa sonrisa desde que me he despertado esta
mañana.
-Isabela, ¿Cómo te encuentras?
-Me duele la cabeza y la pierna.- Clarísimamente no le digo
que ahora que le he visto me siento mucho mejor. ¿Antes de todo yo era así?
¿Pensaba así de todos los chicos? ¿Acaso no debería estar súper enamoradísima del
supuesto novio? Mi novio.
-Es normal. Tuviste un traumatismo craneal grave producido
por el impacto de un coche. Como ya sabes llevabas una semana en coma pero te
has despertado esta mañana. Además tienes una herida importante en la pierna.
Nada más llegar hubo que darte puntos pero aún así estoy muy contento. Te estás
recuperando muy bien.- Lo que no sé si es normal en mí es atender solo a la
parte en que me dice que está muy contento. ¿Contento porque es mi enfermero y
estoy mejor? O ¿Contento porque quiere que me recupere rápido y me case con él?
En los dos casos me encanta.
-¿Cree que deberé seguir en este hospital mucho tiempo?-
Intento disimular mi preocupación por alejarme de sus sonrisas y volver a un
mundo, a mi mundo, del que no recuerdo la mitad de las cosas. Al parecer no
conseguí engañarlo porque me miro con ojos preocupados y me respondió.
-La verdad es que no. Tus amigas están esperando a que tu
novio Sergio llegue para darte el alta y así os vayáis a casa. De todas formas
tendrás que seguir viniendo al hospital para realizarte las curas necesarias en
la pierna. - Miedo. Estar sola con ellos me dio mucho miedo.
-No los conozco.- Me miro con expresión triste pero con una
gran sonrisa. No lo entendí. Se sentó a mi lado. Me miró la mano y creo que
tenía intención por cogérmela pero no lo hizo. Simplemente me volvió a mirar y
me dijo.
-No te preocupes por nada. Poco a poco iras recuperando la
memoria. Los traumatismos cerebrales suelen producir amnesia por un corto
período de tiempo. A lo mejor lo recuerdas todo en media hora o quizás dentro
de unos días pero no puede pasar una semana. Si eso llegara a pasar tienes que
volver para que te hagamos unos estudios. Pero no te preocupes porque yo sé que
pronto recordaras.- Recordar. Qué bien sonaba, pero ¿Acaso quería recordar?
¿Serían buenos mis recuerdos?
-¿Le puedo hacer una pregunta?- Por un momento pensé, mi
enfermero. Pero después me lo quite de la cabeza. ¿En que estaba pensando? Pues
sí que me había dado fuerte en la cabeza.
-Claro. Pregunta lo que quieras Isabela.- Deje de respirar.
No sé porque pero lo hice. La verdad es que sí sé porqué. Mi nombre. Había
dicho mi nombre y había sonado tan bien dicho por él. Cuando mis amigas me lo
habían dicho me había parecido como que no era mi nombre como si fuera algo
raro pero ahora dicho por el sonaba de maravilla. Me gustaba. Me llamo Isabela
y me muero por Carlos. Vale. Olviden el “me muero por Carlos”.
- ¿Porqué no han llamado a mis padres?- Carlos me miró y fue
a decir algo pero entraron mis amigas y se nos quedaron mirando. Carlos estaba
sentado en mi cama como si fuéramos amigos. Nadie diría que nos habíamos
conocido esa misma mañana. Parecía que estuviéramos teniendo una conversación a
escondidas por el tono de nuestras voces. Aunque a decir verdad. Era cierto.
Pero debíamos haber hablado muy alto o ellas tenían un gran oído porque en ese
momento se adelanto Tam. Diminutivo de Tamara. Y me dijo.
-No hemos llamado a tus padres ni nosotras ni el hospital
porque no les hablas desde que viniste de Madrid. Nunca nos contaste porqué no
les hablabas así que no sabemos decirte el motivo. Lo siento mucho Isi. Ojala
nos lo hubieras contado para poder ayudarte.- ¿No le había contado nada de mis
padres a mis amigas? Me parecía muy raro. Si tengo los mejores padres. ¿Por qué
no les hablo? Que dolor de cabeza.
-No lo entiendo.- Ahora que lo pienso desde que me desperté
esa es mi respuesta para todo. Quizás dormir sería una buena idea. Así dejaría
de pensar.- Carlos me siento muy cansada.
-No te preocupes Isabela. Duerme, lo mejor es que nos
vayamos todos y descanses. Desde que venga
Sergio yo me encargo de despertarte.- Pero yo ya no lo escuchaba. Lo que
resonaba en mi cabeza era mi nombre. Dicho por él. Otra vez.
Lo he leído!! Me encanta!!
ResponderEliminarUn besazo
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CDI