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martes, 3 de septiembre de 2013

CAPÍTULO 7




La primera película era “Los juegos del hambre”. Gran película. Sí señor. Con el paso de la esta me había acomodado mejor en el sillón. Ahora Nayara se había sentado en el suelo junto con Samanta y yo disponía de todo el sillón para mí solita. Compartido con Carlos. Eso era lo mejor. A media película le había preguntado qué pasaba si me acostaba y me apoyaba en él. Su sonrisa y un leve movimiento de cabeza me informaron que no le importaba. Me acurruqué con una manta y me apoyé en su muslo. Ahora estaba mucho mejor. Había encontrado una posición en la que la pierna no me dolía.

Con la segunda película ya me había dormido. Pero podía sentir como Carlos me acariciaba el pelo. ¿Sergio también lo estaría viendo? Prefiero no saberlo.

Cuando se terminaron las películas me levante media dormida y caminé hacia la puerta. Sergio, durante la cena había hecho insinuaciones sobre quedarse esa noche a dormir. Carlos había salido en mi defensa y le había dicho que todo esto estaba yendo muy rápido para mí. Tenía que darme tiempo. Y si dependía de mí sería mucho.

-Isabela, antes de irme quería decirte que sé que no te acuerdas de mí pero yo te quiero. Y estoy súper mal por todo esto que te ha pasado. Quiero que también pases algún tiempo conmigo. Que me vuelvas a conocer. No te quiero perder. Lo eres todo para mi.- Su cara me reflejaba una gran preocupación pero no sabía si era por mí o por sí mismo. Aun así me dio mucha pena. Si yo antes del accidente estaba con él sería porque nos queríamos. Habría sido un golpe para él saber que no recordaba nada.

-Claro. Perdóname por mi comportamiento es que ahora mismo no confío en nadie.- No le dije que en el único que confiaba era en Carlos. No, no. Eso calladito.- Tendrás que ganarte mi confianza nuevamente pero me encantaría pasar tiempo contigo.- Le sonreí y se ve que eso lo alegró porque su sonrisa ahora era radiante. Me dio dos besos y se fue. Cuando me di la vuelta tropecé con alguien. Alguien que no se apartaba. Pero no me importaba porque era mi enfermero. Carlos.

Me condujo hasta la habitación. Por el camino les di las buenas noches a las chicas. Ellas se quedarían en los sillones. Carlos esperaría a que me pusiera el pijama y cuando estuviera en la cama se iría. Lo tenía agarrado de la cintura  y tenía los ojos entre abiertos y cerrados así que cuando encendió la luz y cerró la puerta yo estaba totalmente deslumbrada. Él se dio la vuelta dándome así la espalda. Yo no lo entendí.

-¿Qué haces Carlos? No soy tan fea para que te des la vuelta.- Él se echo a reír y me dijo.

- No es eso. Ponte el pijama que me tengo que ir.- ¿Qué se tenía que ir? ¡A dónde! Yo no quería que se fuera a ninguna parte. Pero, ahora parándome a pensar, ¿Carlos tendría novia? ¿Casa? ¿Hijos? ¿Qué edad tenía? Dios, había sido una ilusa. No sabía nada de él.

-Ah perdona. ¿Te está esperando tu novia? Lo siento me lo pondré rápido no quiero que llegues tarde. De verdad lo siento por haberte echo meterte en este follón. Yo no lo pensé cuando te lo pedí, es más, son tus vacaciones y encima tú...

-Estoy aquí porque quiero, Isabela.- Esperé que dijera algo más. Por ejemplo: No tengo novia. No te preocupes. Pero eso nunca llegó y yo estaba hecha un lío. Pensé que no diría nada más hasta que dijo algo que me sorprendió muchísimo.

-Me gustaría que Sergio no fuera tu novio.- Me quedé sin respiración. ¿De verdad lo había dicho o eran imaginaciones mías? Me estaba mirando de tal forma que me estaba derritiendo lentamente. Como comprenderéis Isa me miraba desde lo más profundo de mi lado oscuro. Quería comérselo. Desnudarlo y hacerle ver que Sergio ahora mismo no le importaba para nada. Pero a mi yo anterior si le importaría, así que borré esos pensamientos de mi cabeza y le dije.

2 comentarios:

  1. Lo dejas en la parte más interesante. Pues nada, habrá que leérselo mañana a ver que pasa jajaja.

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  2. Jo cada dia se pone mas interesante que nervios

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